La reducción de la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales representará un desafío considerable para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas, advirtió Isela Molina Alcay, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) en Juárez.
De acuerdo con la representante del sector industrial, esta reforma obligará a muchas compañías a reorganizar turnos de trabajo y reestructurar esquemas de atención. En el caso de las empresas que requieran operar más allá de las 40 horas, dijo, se verán en la necesidad de pagar tiempo extra.
Esta situación, explicó, tendrá mayor impacto en las Pymes, que por su tamaño y recursos limitados podrían enfrentar dificultades para absorber los nuevos costos laborales. Algunas incluso tendrían que contratar personal adicional para cumplir con sus operaciones sin exceder la nueva jornada.
“Traerá aumento de costos laborales. Las empresas que deben operar más de 40 horas a la semana deberán pagar extra y contratar personal. Este impacto se va a ver principalmente en las Pymes, que tienen menor margen financiero para absorber estos aumentos”, dijo la titular de Canacintra.
Molina Alcay advirtió que las industrias con procesos continuos, tales como la manufactura, se enfrentarán también a dichos retos, así como a complicaciones logísticas, y podrían ver afectada su competitividad en el corto plazo si es que no implementan medidas para mejorar su eficiencia.
“Las empresas con procesos continuos tendrán más dificultades logísticas y posible pérdida de la competitividad a corto plazo, si no se incrementa, junto con mejoras en eficiencia. Las industrias con alta demanda de mano de obra tendrán un incremento en sus retos”, enunció la empresaria.
La líder de Canacintra advirtió que si bien el cambio será paulatino, si éste no se acompaña con apoyos o incentivos, podría crecer la informalidad laboral, ya que muchas microempresas buscarán evadir los nuevos compromisos legales para sobrevivir en un entorno cada vez más exigente.